Elogio de las pequeñas charlas con extraños

Por qué nos encerramos en las historias y cómo liberarnos

Suena extraño decir que podemos estar encerrados dentro de una historia. ¿Qué puede significar esta curiosa expresión?

Por qué nos encerramos en las historias y cómo liberarnos
Imagen: Lisa Fotios/Pexels

Principalmente, que seguimos repitiendo sin saberlo dinámicas que van en direcciones muy particulares -y no especialmente agradables-. Nos vemos envueltos en historias de derrota, humillación, sufrimiento, miedo y soledad, creyéndonos originales en todo momento mientras, de hecho, ensayamos patrones casi idénticos en nuestras elecciones y comportamientos. Y probablemente lo hacemos sobre todo en dos ámbitos: nuestra vida laboral y nuestra vida amorosa.

En el trabajo, algunas de las historias podrían ser así:

- Cada vez que tengo éxito, caigo presa del terror de que otros quieran destruirme por envidia... y me saboteo antes de que tengan la oportunidad de arruinarme...".

Podemos quedarnos encerrados en una historia en la que nos esforzamos por "ganar", pero en el momento en que lo hacemos, crecemos temerosos de que los enemigos, reales o supuestos, se desquiten con nosotros y nos despojen de nuestras ventajas. Acaba siendo más fácil fracasar en un momento elegido por nosotros que vivir a la expectativa de una destrucción aleatoria por voluntad ajena.

- Acabo haciendo de amigo servicial de una persona más poderosa y egoísta que acaba llevándose toda la gloria por mis esfuerzos.

Según esta historia, interpretamos a un personaje servil que sonríe mucho, que escucha más de lo que habla y que acaba pasando desapercibido y marginado por nuestro amigo dominante, al que hemos ayudado a triunfar de un modo que nosotros nunca conseguimos. 

En nuestra vida amorosa pueden ocurrir historias parecidas. Por ejemplo:

- Me siento atraído por personas emocionalmente inaccesibles cuyo amor intento conseguir sin descanso.

Según esta historia, nos "enamoramos" una y otra vez de personas que, o bien son incapaces de correspondernos, o lo hacen de forma distraída o poco entusiasta (tal vez son muy frías o están liadas con otra persona). Cada vez que surge una historia alternativa, una historia que implique a alguien amable y presente, nos aseguramos de que será rechazada y destruida. Nos preguntamos -con sinceridad- por qué el amor no puede ser más fácil.

- Me meto en relaciones con buenas personas a las que traiciono con desconocidos al azar - y luego me lamento de haber sido abandonado.

En esta historia, comenzamos historias de amor con personas amables y buenas a las que nos vemos arrastrados a hacer daño a través de asuntos que no somos conscientes de buscar activamente pero en los que no podemos resistirnos a meternos. Está garantizado que nuestras historias acabarán en pérdida y tristeza.

¿Por qué somos tan adictos a este tipo de historias dolorosas?

Como podemos adivinar, porque reproducen en nuestro presente adulto la esencia de escenarios que se desarrollaron de forma sustancialmente similar en infancias que no hemos comprendido ni de las que nos hemos liberado a manos de nuestros cuidadores. 

En otro tiempo, los personajes que ahora interpretan nuestros compañeros de trabajo o las personas que conocemos en los sitios de citas fueron interpretados por mamá o papá, en guiones que hemos perdido de vista.

Repetimos una narrativa porque determinados tipos de dolor e insatisfacción nos resultan seductoramente familiares y porque privilegiamos la familiaridad sobre la felicidad. Tenemos la impresión de que una historia "debería" ir en una dirección determinada, hacia la oscuridad, mientras que la alegría y la satisfacción desprenden una sensación de extrañeza e ilegitimidad.

La liberación llega cuando podemos atrevernos a iniciar una auditoría de nuestras elecciones narrativas. 

Para ayudarnos, podríamos esbozar las últimas relaciones o fiascos laborales y ver qué similitudes puede haber entre ellos. ¿Quién dejó a quién y por qué? ¿De dónde procedía el dolor? ¿Cómo actuamos? ¿Y cómo puede ser esto un palimpsesto de lo que ocurrió en algún lugar hace mucho tiempo? 

Si seguimos viéndonos envueltos en historias de traición en el trabajo, podemos estar casi seguros de que alguna vez hubo una traición que no hemos comprendido o superado. Si seguimos necesitando arrojarnos a los pies de personas no disponibles, hay un amor de alguien que una vez necesitamos y que nunca nos hemos enfrentado a no haber ganado. Necesitamos volver atrás y reencontrarnos con los actores originales o nunca nos dejaremos fuera del escenario.

Seguiremos las mismas trayectorias infructuosas hasta que comprendamos mejor por qué las empezamos y, al ser conscientes de nuestros papeles distintivos, nos demos la oportunidad, por fin, de tener finales diferentes.

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